lunes, 22 de noviembre de 2010

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Pensaba cada día en su abuelo y arrancó una hoja de camino a Embajadores, haciendo el camino como cuando él iba a buscarla, a llevarla un bollo que tardaba 40 minutos en llevarse y 3 minutos en tragarse, durante todo el tiempo que estuvo con ella, hasta un día de agosto de hace ya 10 años.
Y cuando se fue, como pasó en los versos de Neruda "se llevó la primavera", aunque no sé si al cielo. Pero el tiempo no se paró, porque el tiempo no deja de respirar o ella no sabía cómo hacerlo, ni cómo desenfocar la lente de esta película de final triste.
Su abuelo no estaba y no iba a volver, y ella tenía sólo unas pocas fotos por un duelo violento e insano que la desposeyó de todo lo que podía tener.
No de todo, sin embargo. Aún seguía oliendo a jabón un armario cada vez que visitaba la casa del pueblo, sabía aún el cuento de los "7 cabritillos", seguía recordando el parque y la bici... y su varicela, y él que era todos a la vez y todo para ella.
Y este verano la llevaron al pasillo verde, y la contaron que empezaba y acababa con un obelisco horrible inaugurado por no se qué alcalde, lo mismo daba, paseó por el pasillo verde con quien mejor podía hacerlo. Él destrozaba todas las flechas con sus pies y con sus palabras y me ayudaba a advertir por dónde se sale, "sobre todo por dónde se sale" y ella gritaba por dentro más fuerte que todo el ruido de Madrid, mientras pensaba "ay, abuelo si vivieses en tu piso de renta antigua, encima de los mejores entresijos de la ciudad, ahora te llevaría bollos y comeríamos los tres, aunque no seáis muy de dulce"
Y lo pensaba porque nunca conoció a dos personas tan buenas y hubiese dado mucho por encontrarlos a la vez. Pero seguía sin poder desenfocar la lente.

viernes, 29 de octubre de 2010

La guerra helada


















Se cuenta, ya desde hace un tiempo, cómo durante años las personas que habitaban en el Berlín de la RDA intentaban pasar el muro exprimiendo su ingenio y jugándose la vida. Se dice, y el tema me parece demasiado complejo como para que yo pueda analizarlo, que la falta de libertad del Berlín del este ahogaba a sus habitantes.
Una de las imágenes que me impactó fue esta señora escondida en una maleta (imagen sacada de un museo de la ciudad, por cierto estamos a años luz de los alemanes en cuanto a memoria histórica, pero ese es otro tema).
Ahora, 21 años después de la caída del Muro, miro esta imagen publicada ayer en el "20 minutos". En ella un migrante escondido en el salpicadero de un coche. La desesperación agudiza el ingenio, esto también se dice.
El titular de la noticia no tiene desperdicio tampoco "Inmigrantes detectados por sus corazones. La Guardia Civil trabaja con 14 detectores de latidos para cazar a los sinpapeles".
Pero, al márgen de lo que me repugna su lenguaje, me pregunto si esa era la libertad que queríamos y la que le faltaba a la RDA, si seguiremos siendo capaces de argumentar que el llamado "socialismo real" ahogaba, axfisiaba a las personas porque no ofrecía posibilidades de elección.
Temo que seguiremos utilizando el discurso de las oportunidades teóricas que nos ofrecía y aún nos ofrece occidente, tengo miedo de que la libertad no trascienda a la palabra vacía.Y mientras tanto seguirá aterrándome la construcción continua de muros más largos, más altos y más peligrosos por invisibles que el de Berlín.

viernes, 21 de mayo de 2010

Basado en hechos reales.

Empezó como suelen empezar todas las historias, sin rendir cuentas al destino ni a la suerte, sin más que coincidencias en el espacio - tiempo.
Las dos princesas gastaban su tarde en un café de Madrid, viviendo las horas entre conversaciones y cigarros, entre fotos en sepia.
En una mesa cercana, una pareja hablaba más con los ojos gélidos que con los leves alientos que salían de sus labios. Ella se levantó y, seria y calmada, le dijo que no quería volverle a ver. Después se fue.
Él se quedó (porque siempre una de las dos partes se queda), terminó su café con hielo observando el paquete de tabaco como si en él cupiesen todos los finales.
Después cogió el vaso de ella, una cocacola acabada como el principio de esta historia. Fue comiéndose uno a uno los hielos del vaso, tragándoselos para pasar mejor en su garganta todas las palabras que no dijo a tiempo, todos los "quédate" que no llegó a pronunciar.
La princesa me contaba esta noche que el chico miraba el vaso y rozaba una y otra vez el borde, sólo los dos centímetros que habían recorrido los labios de ella minutos antes de perderla. Dos centímetros para endulzar recuerdos y desterrar la ausencia.
Mientras tanto, ese mismo día yo sostenía en mis manos una bola de billar negra, mientras volvía a mi barrio en Cercanías. Un chico se me acercó y se me quedó mirando el rato que duran tres segundos. Después me dijo: "Todo pasa porque pasa, y si pasa ¿qué importa? y si importa, ¿qué pasa?". Sonreímos sin decir nada más. Yo me bajé en la siguiente.
Coincidencias espacio - tiempo, pero eso yo no lo sabía.

domingo, 11 de abril de 2010

Signo de admiración

últimamente no hago más que citar, que encomillar canciones, que robar versos... hoy también. Sinceramente este es uno de los mejores cantos al amor que he escuchado en mi vida.

http://www.youtube.com/watch?v=WqSW7dxCeQo

miércoles, 10 de marzo de 2010

bribriblibli

Ellos entraron con frío en las ropas. Se calentaron, pero seguíamos teniendo frío en el alma.

"Sueño con tu piel, me siento mejor, ya no tengo sed, ya puedo bailar de flor en flor"
(Extremoduro)

lunes, 1 de marzo de 2010

Todo o nada - Para siempre

A veces es complicado entender,
el que alguien que estuviera, ya no esté...
de momento darme cuenta,
de las veces que me faltas,
me jode que te fueras sin tener ganas...

Sigo esperando a que aparezcas,
pero sé que ya jamás,
sigo insistiendo y en mis sueños
que no entiendo...

Sigo peleando para que
la realidad no sea esta,
sigo queriendo despertar y
ver que tú ya estas despierta.

Aunque nada sea ya cierto,
aunque nada sea real,
aunque nada es para siempre,
para simpre en mi estarás...

aunque nada es para siempre,
aunque nada es para siempre,
aunque nada es para siempre....

domingo, 24 de enero de 2010

Ya de paso, civilizamos a los haitianos. _ Por Isaac Rosa

El gobierno aplicará una política de línea dura: si algún haitiano es encontrado en alta mar, será llevado a Guantánamo” -Diana Hayne, portavoz del ejército estadounidense-



Ya que llevamos ayuda a los haitianos y les asistimos en la reconstrucción del país, podíamos aprovechar el viaje para civilizarlos un poco, rescatarlos del estado de salvajismo en que viven. Ya me entienden: enseñarles buenos modales, a hablar sin gruñidos, a comer con el tenedor y hasta a caminar erguidos. ¿O es que nuestra caridad se va a limitar al alimento y cobijo, con lo faltos que están de civilización?

¿Creen que exagero? Qué va. Me limito a dar por buena la imagen que los grandes medios internacionales han transmitido estos días: los haitianos como un pueblo salvaje, atrasado, embrutecido, proclive a la turba y el linchamiento, que saquea ruinas y vacía los bolsillos de los cadáveres, además de propensos a la violencia por su naturaleza.

¿Que no se ajusta a la realidad? Sí, yo también he leído testimonios de miembros de los equipos de rescate, ONGs y hasta periodistas que subrayan el carácter tranquilo de los haitianos en momentos tan dramáticos, lo esporádico de los actos violentos (menos que antes del terremoto), su organización espontánea para el rescate y suministro, la dignidad que les hace pedir trabajo antes que limosna, y cómo los vecinos comparten lo poco que tienen con los que han perdido todo.

Sin embargo, la imagen mediática insiste en el caos, el pillaje, la inseguridad y la violencia, a la vez que nos recuerda que son un pueblo de esclavos emancipados que practican el vudú. Lo que se lee entre líneas es: ¿cómo no van a vivir en la miseria, si apenas han salido de la selva? Así nos convencemos de que necesitan soldados yanquis que los metan en cintura. Y hasta sacerdotes que los evangelicen, si me apuran.

lunes, 11 de enero de 2010

Carta abierta del Patio Maravillas al Alcalde de Madrid.

La copio tal cual porque me parece perfecta.




Lo primero es que nos alegra oírle hablar de nosotros y nosotras en los medios de comunicación tras dos años y medio de silencio. Así que finalmente es la presión social, y no su buen talante y disposición, lo que hace que los políticos hablen.
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Dice que nos habla para “animarnos” a presentar el proyecto del Patio Maravillas a concursos públicos. Cuando la empresa Triball y su ayuntamiento empezaron a trabajar en la llamada remodelación del “triangulo de Ballesta” -aumentando con ello los alquileres en el barrio de Malasaña, maquillando de “cultura emergente” lo que no es más que una operación especulativa, desplazando a los vecinos y acabando con los pisos de renta antigua- ¿qué concurso público ganaron?.
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¿Qué modelo de participación ciudadana propone su ayuntamiento que convierte el diálogo social en un formulario? ¿Ahora va a venir usted a defender lo público? ¿Después de entregarle la renta de todos los madrileños a la iniciativa privada para construir infraestructuras que no necesitamos y jamás solicitamos?.
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Por último, ¿qué concurso público le otorgó al propietario de Acuerdo 8 el derecho a una dotación social privada, la cual ha mantenido cerrada durante más de diez años? ¿Qué defensa de lo público ha llevado a cientos de antidisturbios a la Calle Acuerdo el pasado 5 de Enero?.
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No. El Patio Maravillas ya ganó su propio concurso hace dos años y medio. El Patio Maravillas no le pertenece a la administración pública ni a la propiedad privada, sino a la sociedad civil de Madrid. Solo a ella, que le ha dado vida estos años. Para conquistar derechos civiles y sociales, la ciudadanía madrileña no necesita presentar una solicitud en ningún registro.
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Para rellenar proyectos y formularios que legitimen su modelo de ciudad busque en otra parte. Nosotros tenemos otra corazonada. Pueden, como han hecho hasta ahora, intentar “desintegrarnos”, y hacernos desaparecer, pero sepan que la sociedad civil madrileña, la ciudadanía rebelde que anda las calles de esta ciudad ya ha decidido. Y en cuanto a hacernos desaparecer… no se ofenda, pero creemos que, por el momento, vamos ganando.
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Nosotros y nosotras no okupamos el inmueble de la Calle Acuerdo nº8 y el de la calle pez 21 para limitarnos a alzar nuestra voz y que se nos oiga con la esperanza de que el ayuntamiento repare en nuestra presencia y nos deje participar en su modelo de ciudad, sino para construir en común otras vidas y otra ciudad. Sufrimos diariamente el paro o la precariedad laboral, la desintegración de los mínimos espacios de defensa colectiva que crearon nuestros padres y madres, abuelos y abuelas. Vivimos la violencia en forma de fronteras de todo tipo o a través de la privatización sistemática de los servicios, la cultura, etc. Sabemos perfectamente lo que es estar “integrados” en su mundo. No nos habéis dado ninguna alternativa al respecto. Lo que se nos ofrece desde el ayuntamiento no es nuevo, es la canción que cantáis cada mañana y la nana que nos ofrecéis cada noche antes de dormir. Y nosotros y nosotras estamos aquí para cantar otras canciones y bailar otros bailes. Así que a su propuesta de “seguir como hasta ahora” nosotros y nosotras decimos que no.
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Asi que no, sin respetar nuestra autonomía, sin respetar nuestras formas de organización, pretendiendo reducir esta experiencia a la de un centro cultural público no hay negociación ni acuerdo posible. Si quieren hablar de cómo garantizar la permanencia del proyecto del Patio Maravillas tal y como las gentes de esta ciudad lo viene demandando desde su apertura, aquí nos tiene para sentarnos y hablar. Sería una bonita forma de empezar a hacer lo que cualquier miembro de la administración debería hacer: “Mandar obedeciendo”
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Asamblea del Patio Maravillas en la Calle Pez 21.
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