lunes, 22 de noviembre de 2010

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Pensaba cada día en su abuelo y arrancó una hoja de camino a Embajadores, haciendo el camino como cuando él iba a buscarla, a llevarla un bollo que tardaba 40 minutos en llevarse y 3 minutos en tragarse, durante todo el tiempo que estuvo con ella, hasta un día de agosto de hace ya 10 años.
Y cuando se fue, como pasó en los versos de Neruda "se llevó la primavera", aunque no sé si al cielo. Pero el tiempo no se paró, porque el tiempo no deja de respirar o ella no sabía cómo hacerlo, ni cómo desenfocar la lente de esta película de final triste.
Su abuelo no estaba y no iba a volver, y ella tenía sólo unas pocas fotos por un duelo violento e insano que la desposeyó de todo lo que podía tener.
No de todo, sin embargo. Aún seguía oliendo a jabón un armario cada vez que visitaba la casa del pueblo, sabía aún el cuento de los "7 cabritillos", seguía recordando el parque y la bici... y su varicela, y él que era todos a la vez y todo para ella.
Y este verano la llevaron al pasillo verde, y la contaron que empezaba y acababa con un obelisco horrible inaugurado por no se qué alcalde, lo mismo daba, paseó por el pasillo verde con quien mejor podía hacerlo. Él destrozaba todas las flechas con sus pies y con sus palabras y me ayudaba a advertir por dónde se sale, "sobre todo por dónde se sale" y ella gritaba por dentro más fuerte que todo el ruido de Madrid, mientras pensaba "ay, abuelo si vivieses en tu piso de renta antigua, encima de los mejores entresijos de la ciudad, ahora te llevaría bollos y comeríamos los tres, aunque no seáis muy de dulce"
Y lo pensaba porque nunca conoció a dos personas tan buenas y hubiese dado mucho por encontrarlos a la vez. Pero seguía sin poder desenfocar la lente.

2 comentarios:

La Auténtica Sopa dijo...

Me hubiese gustado conocer a su abuelo, igual que me hubiese gustado que usted conociera al mío, señorita.
Gran entrada, preciosa.
Te quiero

Anónimo dijo...

Hace mucho que no escribes, ánimo:
https://www.youtube.com/watch?v=bBc8Oh4kA2U